Blogia
Literatura Santafesina

Lina Beck - Bernard

Lina Beck-Bernard.(1824-1888)

Escritora francesa (alsaciana). Casada con Carlos Beck, colonizador suizo, vino al Río de la Plata en 1857 y vivió en Santa Fe hasta 1862. Ese año volvió a Europa y pasó en Lausana el resto de sus días, dedicada al cultivo de las letras y al estudio de cuestiones sociales. Escribió dos libros de temas argentinos: “Le Rio Parana, cinq années de séjour dans la République Argentine” (1864) y “Fleurs des Pampas” (1872). El primero ha sido traducido al castellano con el título de “Cinco años en la Confederación Argentina (1856-1862)” por J L Busaniche, 1935. Lina Beck-Bernard, vinculada a eminentes escritores franceses, colaboró en La Reveu des Deux Mondes.
...
Lina Beck-Bernard residió cinco años en el país, observó sin prisa sus costumbres, se vinculó desde un principio al medio social en que vivió, supo ver con ojos de artista el color de la época, captó la poesía de las cosas viejas, anotó datos históricos valiosos, fijó tipos y caracteres, recogió leyendas y tradiciones, para escribir este libro (Cinco años en la Confederación argentina) que representa el más bello y fino homenaje a la tierra que fue con ella hospitalaria y cordial” escribe José Luis Busaniche en el prólogo.
“Había nacido Lina Beck-Bernard (1824) en un pueblecito de Alsacia, Bitschwiller, cerca de la ciudad de Than, en el Alto Rhin. Pertenecía a una antigua familia protestante, afincada en la región. Su padre –ingeniero de una fábrica- fue asesinado por un obrero. (...) Creció en un ambiente austero y taciturno. El abuelo materno, de apellido Berger, hombre de vasta cultura, se ocupó de su educación. (...) Inició a su nieta en el latín, el griego, las ciencias y el dibujo. La familia se trasladó a Basilea y de allí a Lausana, en 1840, cuando Lina tenía 16 años. El movimiento liberal y democrático que germinaba en Europa influyó poderosamente en el espíritu de la joven, quien (...) empezaba a preocuparse por los problemas sociales de la mujer. (...) Se inició en las disciplinas del derecho penal y adquirió, muy pronto, una seria versación en todo lo referente a los sistemas penitenciarios.
En 1852 contrajo enlace con Carlos Beck, ciudadano de Basilea, hombre de empresa (...).
Ese mismo año se produce en el Río de la Plata uno de los hechos más capitales de su historia: el general Urquiza triunfa en la batalla de Caseros y derriba la dictadura de Rosas. El vencedor procura, de inmediato, fomentar las corrientes inmigratorias. No tarda en formarse en Basilea la Sociedad Beck, Herzog y Cía, para contribuir al movimiento inmigratorio y colonizador del Río de la Plata. En 1856 Beck decide trasladarse a la Confederación Argentina para fundar establecimientos agrícolas en la provincia de Santa Fe. (...)
Desembarcan en Buenos Aires el 14 de marzo de 1857. Permanecen poco tiempo. (...) Después la familia ‘se interna en el desierto’, vale decir remonta el Paraná a bordo de una goleta fletada para el viaje a Santa Fe y que se llama ‘El Rey David’. (...)
Unos isleños sirgadores remolcan a caballo al ‘Rey David’ desde la boca del Colastiné hasta el puerto de Santa Fe, donde desembarca la familia Beck-Bernard en los primeros días de abril. Santa Fe tiene en 1857 poco más de seis mil habitantes. Es el mismo pueblo de veinte, de treinta años atrás.

1853: La Santa Fe colonial: ¡Nos quedamos sin esclavos!

Por Lina Beck-Bernard

No podían ocultársele al general Urquiza las dificultades que ofrecía la manumisión de los esclavos restantes, y se propuso dar un corte definitivo a la cuestión, perjudicando gravemente a los propietarios. Fue así que ordenó la reunión de todos los esclavos en el Cabildo de Santa Fe, haciendo entregar a cada uno su acta de liberación con un pasaporte que le permitía embarcarse de inmediato en cualesquiera de los navíos anclados en el puerto... Tal medida tuvo el carácter de un “sálvese quien pueda”, general. Dama hubo, propietaria hasta esa mañana de treinta o cuarenta sirvientes, que se vio obligada por la noche a trabajar ella misma en la cocina para prepararse el sustento, y se dio el caso de algún estanciero en cuyas chacras trabajaban hasta cien esclavos, que se encontró solo y abandonado por sus peones, de un momento a otro. En pocas semanas los ganados invadieron los sembrados y arrasaron las plantaciones. Los propietarios abandonaron entonces las estancias y campos cercanos a la ciudad y los indios se aprovecharon para dar buena cuenta de todo. (...)
También se dieron casos (...) de recíprocos sacrificios.
Así, doña Carmelita L... no tenía sino una esclava cuando se produjo la resolución de Urquiza. Esta abandonó a su ama dejándole dos hijos muy pequeños. Para doña Carmelita, señora entrada en años y de salud quebrantada, la madre esclava significaba una ayuda y los pequeños una carga. Sin embargo, se encargó de la crianza de estos últimos, sin una queja, solícitamente, maternalmente, costeando el matenimiento de las criaturas con labores de aguja que hacía vender en la ciudad. Algunos años más tarde, ya vieja (...) fue cuidada con la mayor fidelidad por los dos hijos de la antigua esclava. La muchacha, Melitona, mulata blanca de una rara belleza, trabajaba de planchadora y su hermano de carpintero. Ambos llamaban El Ama a doña Carmelita (...)
Hubo otros esclavos que dejaron a sus amos y volvieron atormentados por los remordimientos algún tiempo después; entre esos arrepentidos se contaban mujeres que reaparecieron en casa de sus antiguos dueños al cabo de cinco o seis años con tres o cuatro rapaces, pidiendo ser reintegradas a la familia y protestando que las habían abandonado sus maridos. (...)
Para la mayoría de las familias, la liberación de los negros ha significado una completa ruina, agravada frecuentemente por la coincidencia de la vejez y las enfermedades. Conocemos varias personas ancianas y de noble ascendencia, que viven recluidas en sus casas antiguas, muy señoriales, pero ruinosas. (...)
Hasta ahora han podido subsistir vendiendo, una tras otra, sus lindas joyas antiguas, pero el día que se desprendan de la última perla y del último brillante para comprar el pan cotidiano, estas gentes, que no han obtenido compensación alguna por los sacrificios exigidos, se encontrarán en la más absoluta miseria.

Fuentes
“Cinco años en la Confederación Argentina, 1857-1862” de Lina Beck-Bernard, traduc. José Luis Busaniche, edición 1991, Talleres de la Imprenta Legislativa de Santa Fe.

Datos de Lina Beck-Bernard
(Fuente: “Estampas del pasado”, Solar/Hachette, de José Luis Busaniche, Bs As, 1971, pág. 522)

Agradecemos el generoso aporte de la escritora santafesina Sonia Catela.

 

0 comentarios